En el mar
la ola rompe fuerte,
besando la roca,
amor lesbiano
de olas y rocas.
En los acantilados
el sol saca
lágrimas brotando.
El socaire del este
nos protege,
no se ven pájaros ni peces.
Los aviones surcan el cielo,
con un fuerte sonido humano.
Enfrente grandes tanques,
¡sustancias extrañas!
Grúas cargan pesos,
el dique sombrea un velero.
Cinco grandes molinos de viento.
Superpuerto.
El Abra,
entrada humana a nuestras vidas.
Mucho antes, mucho después,
por encima de todo,
la Naturaleza inmortal.
Un día se reirá
de nuestra fugaz presencia,
de nuestro cruel intento de mando.
Las rocas no luchan
contra la marea,
el pez no quiere controlar
a la mar que le da la vida,
el pájaro juega con el viento,
las personas...
Ser humano avergonzado de serlo,
piojo que no quiere chupar.
La pluma ama al papel,
el papel al árbol,
y pide respeto
por los que han sido cortados,
para escribir estas letras de humano.
Pido perdón al planeta
por esta tinta asesina,
por fumar mis cigarros,
por moverme en mi coche,
ver la tele, usar internet,
por comer animales traicionados,
por mancillar las olas,
siento vergüenza.
La Nada, la Naturaleza.
(Poema incluido en el libro "La lluvia es para los ricos" de Luis Tejerina)
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